Perera y Lombo: la música y el toreo
La estrecha e indudable relación que históricamente ha unido a la música y al toreo fue el argumento de la conversación compartida por Miguel Ángel Perera y el cantante Manuel Lombo en Huelva en el marco de los actos conmemorativos del cincuenta aniversario de la Peña Flamenca de la capital onubense. Un rato de charla organizado por la Fundación Cajasol y conducido por el abogado Joaquín Moeckel, en su condición de buen conocedor de las entrañas de ambas disciplinas: la música y la Tauromaquia y la sintonía y complicidad que siempre retroalimentó la inspiración de los intérpretes y creadores de las dos.
Tanto Perera como Lombo coincidieron, justamente, en cómo toreros y músicos se nutren mutuamente los unos de los otros y detallaron su relación personal respectiva con la otra disciplina artística. Miguel Ángel descubrió cuánto le sirve la música para los siempre necesarios momentos de evasión y relax, mientras que Manuel confesó que la Tauromaquia es un arte que le conmueve y donde bebe mucho en busca de inspiración. También se habló de la esencia de ambas, de su evolución y de hacia dónde debe ir ésta en cada caso para no perder nunca, precisamente, esa raíz, de cómo influyen las vanguardias en ellas, de cómo cambian los públicos y, en definitiva, de cuántos puntos en común comparten. Fue una conversación deliciosa, audazmente moderada por Moeckel y seguida con sumo interés por el público que llenó la sala.
Fotos ALBERTO DÍAZ
Perera y Lombo: la música y el toreo
La estrecha e indudable relación que históricamente ha unido a la música y al toreo fue el argumento de la conversación compartida por Miguel Ángel Perera y el cantante Manuel Lombo en Huelva en el marco de los actos conmemorativos del cincuenta aniversario de la Peña Flamenca de la capital onubense. Un rato de charla organizado por la Fundación Cajasol y conducido por el abogado Joaquín Moeckel, en su condición de buen conocedor de las entrañas de ambas disciplinas: la música y la Tauromaquia y la sintonía y complicidad que siempre retroalimentó la inspiración de los intérpretes y creadores de las dos.
Tanto Perera como Lombo coincidieron, justamente, en cómo toreros y músicos se nutren mutuamente los unos de los otros y detallaron su relación personal respectiva con la otra disciplina artística. Miguel Ángel descubrió cuánto le sirve la música para los siempre necesarios momentos de evasión y relax, mientras que Manuel confesó que la Tauromaquia es un arte que le conmueve y donde bebe mucho en busca de inspiración. También se habló de la esencia de ambas, de su evolución y de hacia dónde debe ir ésta en cada caso para no perder nunca, precisamente, esa raíz, de cómo influyen las vanguardias en ellas, de cómo cambian los públicos y, en definitiva, de cuántos puntos en común comparten. Fue una conversación deliciosa, audazmente moderada por Moeckel y seguida con sumo interés por el público que llenó la sala.
Fotos ALBERTO DÍAZ