Entre Algeciras y Burgos
Tras el receso de los últimos días, aguarda el fin de semana a Miguel Ángel Perera un intenso fin de semana con dos de las citas más destacadas de este comienzo de verano. El extremeño cierra junio regresando al Coso de las Palomas de Algeciras, donde aún se oyen los ecos de la memorable tarde de toros que brindó justo el 29 de junio de hace un año junto a José Tomás, en un mano a mano del todo inolvidable y en cuyo contexto se produjo también el indulto del toro Libélula, de la ganadería de Jandilla. Sin duda, una de las grandes tardes ya en la carrera de Perera, que vuelve a la ciudad del Campo de Gibraltar convertido en uno de los puntales de la feria con la que se conmemora el cincuenta aniversario de la plaza de toros, en cuya historia Miguel Ángel ha inscrito su nombre dos veces con dos indultos: el ya referido de Libélula en 2018 y el del toro Lanudo de Núñez del Cuvillo en 2010. Sin solución de continuidad, el lunes toca Burgos, otro de los feudos frecuentes en la agenda de cada temporada del diestro de Puebla del Prior, otra plaza que reconquistar después de faltar en ella el año pasado y no puntuar en 2017.
Nuevos compromisos en la temporada de su decimoquinto aniversario que Perera prepara con el rigor que le es propio, sin pausa alguna, toreando a diario en el campo, ese banco de pruebas donde no se cansa de buscar y buscar en el fondo sin fondo de su concepto. Lo atestiguan estas fotos de Miguel López del tentadero estos días en la ganadería de Núñez del Cuvillo, como continuación de los que también ha desarrollado esta semana en Fuente Ymbro y Julio de la Puerta, por ejemplo. Tres toros de distinta condición, que permitieron desplegarse al Miguel Ángel Perera del toreo más reposado y hundido, del inteligente para tornar en bueno lo medio y del poderoso para imponerse al que fue siempre un cúmulo de preguntas en busca de respuestas. Ante la terna se expresó con esa frescura de ideas, con esa vuelta de más y con ese poso que iluminan su toreo en esta temporada de celebración y de plenitud.
Entre Algeciras y Burgos
Tras el receso de los últimos días, aguarda el fin de semana a Miguel Ángel Perera un intenso fin de semana con dos de las citas más destacadas de este comienzo de verano. El extremeño cierra junio regresando al Coso de las Palomas de Algeciras, donde aún se oyen los ecos de la memorable tarde de toros que brindó justo el 29 de junio de hace un año junto a José Tomás, en un mano a mano del todo inolvidable y en cuyo contexto se produjo también el indulto del toro Libélula, de la ganadería de Jandilla. Sin duda, una de las grandes tardes ya en la carrera de Perera, que vuelve a la ciudad del Campo de Gibraltar convertido en uno de los puntales de la feria con la que se conmemora el cincuenta aniversario de la plaza de toros, en cuya historia Miguel Ángel ha inscrito su nombre dos veces con dos indultos: el ya referido de Libélula en 2018 y el del toro Lanudo de Núñez del Cuvillo en 2010. Sin solución de continuidad, el lunes toca Burgos, otro de los feudos frecuentes en la agenda de cada temporada del diestro de Puebla del Prior, otra plaza que reconquistar después de faltar en ella el año pasado y no puntuar en 2017.
Nuevos compromisos en la temporada de su decimoquinto aniversario que Perera prepara con el rigor que le es propio, sin pausa alguna, toreando a diario en el campo, ese banco de pruebas donde no se cansa de buscar y buscar en el fondo sin fondo de su concepto. Lo atestiguan estas fotos de Miguel López del tentadero estos días en la ganadería de Núñez del Cuvillo, como continuación de los que también ha desarrollado esta semana en Fuente Ymbro y Julio de la Puerta, por ejemplo. Tres toros de distinta condición, que permitieron desplegarse al Miguel Ángel Perera del toreo más reposado y hundido, del inteligente para tornar en bueno lo medio y del poderoso para imponerse al que fue siempre un cúmulo de preguntas en busca de respuestas. Ante la terna se expresó con esa frescura de ideas, con esa vuelta de más y con ese poso que iluminan su toreo en esta temporada de celebración y de plenitud.