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4 de febrero de 2023
VALDEMORILLO
 
CORRIDA DE TOROS 6 TOROS de MONTALVO
 
MIGUEL ÁNGEL PERERA
Cayetano
Ginés Marín
 
 
Un comienzo a lo grande
 

Primer gran golpe de mano de Miguel Ángel Perera a las primeras de cambio, en el acto inicial de su temporada de 2023. En su Valdemorillo, donde ya triunfó sin discusión el año pasado. Dimensión plena de magisterio actualizado y, al tiempo, asolerado. Perera en Perera para empezar a escribir otra página de su historia en la que cada letra cuenta. Su primera gran faena del año que empieza: a un excelente toro de Montalvo, que le abrió la puerta del disfrute y Miguel Ángel lo disfrutó con su poso y con su luz. Confirmando las mejores sensaciones, las de siempre también del mejor Perera. Tres orejas y una indiscutible puerta grande para coronar una tarde sin paliativos.

 

Desde su salida tuvo Trabuquero, el primer gran toro del 2023 de Miguel Ángel Perera, otro empaque, otra transmisión. Por hechuras y por cómo se movió, encendido y pidiendo batalla. Nunca fue un toro sencillo porque no se entregaba, había que dominarlo y poderle. Lo hizo el diestro pacense en un emocionante quite por tafalleras y chicuelinas y lo hizo Curro Javier en una brega de eficacia y mando. No dudó Miguel Ángel en aprovechar desde el comienzo de la faena de muleta la emotividad que el de Montalvo traía prendida en sus embestidas y la abrió con los pies clavados en la arena y con continuos péndulos, pasándose el toro por la espalda con sumo ajuste. Fue la declaración de intenciones, cargada de explosividad, a la que prosiguió un dechado de poder sobre la mano diestra de Perera, el lado realmente bueno del toro, por donde se empleaba con fijeza y verdad. Muy asentado, hundido en la arena de Valdemorillo, le fue cuajando Miguel Ángel varias series en redondo tremendamente compactas. Por dónde empezaban los pases y porque parecían no terminar nunca, porque se adueñaba de cada embestida y no las soltaba, las prolongaba y las mejoraba. Le costó más al toro por el lado izquierdo, pero también por ahí le pudo el de Badajoz, que construyó un soberbio final de fiesta metido entre los pitones de su oponente, enroscándoselo, exprimiéndolo mientras la gente se le entregaba con la misma pasión. El estoconazo fue igual de contundente que la obra entera, el mejor broche y la garantía del doble premio. También se concedió la vuelta al ruedo a Trabuquero, con el que Perera se expresó en Perera en el arranque de su temporada.

 

La faena a su segundo ya había sido una exhibición de temple y de suavidad a un toro de buen fondo, pero de motor justo. Ya desde los lances a la verónica del saludo lo mimó y la acarició embarcándolo por delante y sin obligarle en el viaje. En ese empeño fue crucial la lidia de Javier Ambel, que le midió tanto los lances como su exigencia para que el ejemplar de Montalvo no claudicara. Se lo sacó pronto a los medios Miguel Ángel y ahí le enjaretó un puñado de tandas de trazo y ligazón impecables, sin toque entre muletazos, solo dejando la franela puesta para que el astado no viera otra cosa. Lo conducía el torero como a caricias, encajado y pulseando los viajes para prolongarlos más allá de su longitud natural. El segundo tramo de la faena fue con Perera metido y dominando los terrenos del animal, en una exhibición de mando y suficiencia que conectó mucho con el tendido. Cobró una estocada entera y el público le pidió, incluso, la segunda oreja.

Plaza de Toros VALDEMORILLO. Casi lleno. Se lidian toros de MONTALVO
 
Miguel Ángel Perera: oreja y dos orejas
Cayetano: silencio y saludos
Ginés Marín: silencio y silencio
 
Se desmonteran Curro Javier en el primero y Javier Ambel y Vicente Herrera en el segundo
 
 
 
 
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CORRIDA DE TOROS 6 TOROS de MONTALVO
 
MIGUEL ÁNGEL PERERA
Cayetano
Ginés Marín
 
 
Un comienzo a lo grande
 

Primer gran golpe de mano de Miguel Ángel Perera a las primeras de cambio, en el acto inicial de su temporada de 2023. En su Valdemorillo, donde ya triunfó sin discusión el año pasado. Dimensión plena de magisterio actualizado y, al tiempo, asolerado. Perera en Perera para empezar a escribir otra página de su historia en la que cada letra cuenta. Su primera gran faena del año que empieza: a un excelente toro de Montalvo, que le abrió la puerta del disfrute y Miguel Ángel lo disfrutó con su poso y con su luz. Confirmando las mejores sensaciones, las de siempre también del mejor Perera. Tres orejas y una indiscutible puerta grande para coronar una tarde sin paliativos.

 

Desde su salida tuvo Trabuquero, el primer gran toro del 2023 de Miguel Ángel Perera, otro empaque, otra transmisión. Por hechuras y por cómo se movió, encendido y pidiendo batalla. Nunca fue un toro sencillo porque no se entregaba, había que dominarlo y poderle. Lo hizo el diestro pacense en un emocionante quite por tafalleras y chicuelinas y lo hizo Curro Javier en una brega de eficacia y mando. No dudó Miguel Ángel en aprovechar desde el comienzo de la faena de muleta la emotividad que el de Montalvo traía prendida en sus embestidas y la abrió con los pies clavados en la arena y con continuos péndulos, pasándose el toro por la espalda con sumo ajuste. Fue la declaración de intenciones, cargada de explosividad, a la que prosiguió un dechado de poder sobre la mano diestra de Perera, el lado realmente bueno del toro, por donde se empleaba con fijeza y verdad. Muy asentado, hundido en la arena de Valdemorillo, le fue cuajando Miguel Ángel varias series en redondo tremendamente compactas. Por dónde empezaban los pases y porque parecían no terminar nunca, porque se adueñaba de cada embestida y no las soltaba, las prolongaba y las mejoraba. Le costó más al toro por el lado izquierdo, pero también por ahí le pudo el de Badajoz, que construyó un soberbio final de fiesta metido entre los pitones de su oponente, enroscándoselo, exprimiéndolo mientras la gente se le entregaba con la misma pasión. El estoconazo fue igual de contundente que la obra entera, el mejor broche y la garantía del doble premio. También se concedió la vuelta al ruedo a Trabuquero, con el que Perera se expresó en Perera en el arranque de su temporada.

 

La faena a su segundo ya había sido una exhibición de temple y de suavidad a un toro de buen fondo, pero de motor justo. Ya desde los lances a la verónica del saludo lo mimó y la acarició embarcándolo por delante y sin obligarle en el viaje. En ese empeño fue crucial la lidia de Javier Ambel, que le midió tanto los lances como su exigencia para que el ejemplar de Montalvo no claudicara. Se lo sacó pronto a los medios Miguel Ángel y ahí le enjaretó un puñado de tandas de trazo y ligazón impecables, sin toque entre muletazos, solo dejando la franela puesta para que el astado no viera otra cosa. Lo conducía el torero como a caricias, encajado y pulseando los viajes para prolongarlos más allá de su longitud natural. El segundo tramo de la faena fue con Perera metido y dominando los terrenos del animal, en una exhibición de mando y suficiencia que conectó mucho con el tendido. Cobró una estocada entera y el público le pidió, incluso, la segunda oreja.

Plaza de Toros VALDEMORILLO. Casi lleno. Se lidian toros de MONTALVO
 
Miguel Ángel Perera: oreja y dos orejas
Cayetano: silencio y saludos
Ginés Marín: silencio y silencio
 
Se desmonteran Curro Javier en el primero y Javier Ambel y Vicente Herrera en el segundo
 
 
 
 
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