20180817 guijuelo02
17 de agosto de 2018
GUIJUELO
Feria de AGOSTO
 
CORRIDA DE TOROS 6 TOROS de
EL PILAR
López Chaves
MIGUEL ÁNGEL PERERA
José Garrido
  
TOREAR COMO SE ESTÁ
 
Tarde de plenitud la de Miguel Ángel Perera hoy en Guijuelo, muy definitoria de su momento artístico. Derroche de seguridad y de torería, de poder y de valor, de capacidad y de temple ante un lote de toros de El Pilar que le sirvió en un doble sentido. El primero, porque tuvo clase y eso le permitió mostrar su deslumbrante madurez, iluminada y luminosa, tocada por lo especial del cuajo que parte de lo más hondo. Y el segundo, porque le dio la posibilidad de exponer su mando, su firmeza, su seguridad, su dominio de los terrenos, de los tiempos y de los recursos para encontrar y tocar eso que ahora se llaman teclas de un toro exigente porque sacó genio. La respuesta: tres orejas que resumen un estado de ánimo y de sentimiento realmente esplendoroso.
 
 
La faena de las dos orejas se la compuso, precisamente, a éste que hizo quinto. Un toro bravucón y pidiendo papeles, que no regaló nada, pero que se encontró ante sí a un hombre sin prisa alguna por su convencimiento de que el dueño de la tarde era él. Ya con el capote, le consintió primero embarcándolo por abajo y soltándolo en línea recta para enseñarle a embestir. Lo sobó con la muleta en los compases iniciales de su faena. Sin prisa también, dándole su tiempo y sin forzarlo para que no se rindiera, que es lo que suele pasar con el genio cuando se le puede. Con el tempo ya en sus manos, se puso Perera a torear ejerciendo una exhibición de autoridad y de poder, con ese otro sentido del temple que tiene que ver con no permitir nunca que los toros te toquen la muleta por más que quieran quitártela, bajando cada vez más la mano hasta llegar a rozar el ruedo con media franela, exigiendo ahora él para terminar de imponerse con una pasmosa naturalidad. Valor del que nace del corazón y de la cabeza también, del que llega más largo porque le alumbra la luz de la clarividencia. Un derroche de capacidad de Miguel Ángel rubricado con una gran estocada que le puso en las manos el doble premio como corolario a una obra de notable poso.
 
 
Tuvo clase y calidad su primer toro, con el que toreó muy despacio desde el saludo por delantales a pies juntos, recogiendo en los brazos la embestida y conduciéndola con las manos muy bajas. Fue lo que marcó el desarrollo completo de su actuación. Se desmonteró una tarde más Javier Ambel tras un excelente tercio de banderillas. Ya con la muleta, Perera, que brindó éste su primer oponente a Marco Pérez, el niño novillero salmatino con el que mantiene una relación de mucho cariño, disfrutó plenamente por la nobleza, prontitud y entrega del ejemplar de El Pilar, sobre todo, por el pitón derecho. Fluyeron por ahí las tandas de Miguel Ángel con el sello que es marca de la casa: largura, lentitud, encaje, hondura y firmeza. Y todo ello, con el marchamo de la ligazón. Le costó mucho más al toro por el lado izquierdo, por donde los naturales, de notable profundidad también, tuvieron que ser de uno en uno. Mató pronto y se le pidió la segunda oreja, aunque el palco sólo concediera la primera. 
 
 
Plaza de Toros de GUIJUELO. Más de tres cuartos de entrada. Se lidian toros de EL PILAR.
 
López Chaves: oreja y oreja
Miguel Ángel Perera: oreja con petición de la segunda y dos orejas
José Garrido: ovación y dos orejas
 
 
MIGU9392.JPG MIGU9411.JPG MIGU9425.JPG MIGU9430.JPG MIGU9450.JPG MIGU9452.JPG MIGU9456.JPG MIGU9457.JPG MIGU9460.JPG MIGU9473.JPG MIGU9480.JPG MIGU9484.JPG MIGU9499.JPG MIGU9504.JPG MIGU9513.JPG MIGU9525.JPG MIGU9526.JPG MIGU9528.JPG MIGU9560.JPG MIGU9583.JPG MIGU9586.JPG MIGU9720.JPG MIGU9760.JPG
  
 
 

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17 de agosto de 2018
GUIJUELO
Feria de AGOSTO
 
CORRIDA DE TOROS 6 TOROS de
EL PILAR
López Chaves
MIGUEL ÁNGEL PERERA
José Garrido
  
TOREAR COMO SE ESTÁ
 
Tarde de plenitud la de Miguel Ángel Perera hoy en Guijuelo, muy definitoria de su momento artístico. Derroche de seguridad y de torería, de poder y de valor, de capacidad y de temple ante un lote de toros de El Pilar que le sirvió en un doble sentido. El primero, porque tuvo clase y eso le permitió mostrar su deslumbrante madurez, iluminada y luminosa, tocada por lo especial del cuajo que parte de lo más hondo. Y el segundo, porque le dio la posibilidad de exponer su mando, su firmeza, su seguridad, su dominio de los terrenos, de los tiempos y de los recursos para encontrar y tocar eso que ahora se llaman teclas de un toro exigente porque sacó genio. La respuesta: tres orejas que resumen un estado de ánimo y de sentimiento realmente esplendoroso.
 
 
La faena de las dos orejas se la compuso, precisamente, a éste que hizo quinto. Un toro bravucón y pidiendo papeles, que no regaló nada, pero que se encontró ante sí a un hombre sin prisa alguna por su convencimiento de que el dueño de la tarde era él. Ya con el capote, le consintió primero embarcándolo por abajo y soltándolo en línea recta para enseñarle a embestir. Lo sobó con la muleta en los compases iniciales de su faena. Sin prisa también, dándole su tiempo y sin forzarlo para que no se rindiera, que es lo que suele pasar con el genio cuando se le puede. Con el tempo ya en sus manos, se puso Perera a torear ejerciendo una exhibición de autoridad y de poder, con ese otro sentido del temple que tiene que ver con no permitir nunca que los toros te toquen la muleta por más que quieran quitártela, bajando cada vez más la mano hasta llegar a rozar el ruedo con media franela, exigiendo ahora él para terminar de imponerse con una pasmosa naturalidad. Valor del que nace del corazón y de la cabeza también, del que llega más largo porque le alumbra la luz de la clarividencia. Un derroche de capacidad de Miguel Ángel rubricado con una gran estocada que le puso en las manos el doble premio como corolario a una obra de notable poso.
 
 
Tuvo clase y calidad su primer toro, con el que toreó muy despacio desde el saludo por delantales a pies juntos, recogiendo en los brazos la embestida y conduciéndola con las manos muy bajas. Fue lo que marcó el desarrollo completo de su actuación. Se desmonteró una tarde más Javier Ambel tras un excelente tercio de banderillas. Ya con la muleta, Perera, que brindó éste su primer oponente a Marco Pérez, el niño novillero salmatino con el que mantiene una relación de mucho cariño, disfrutó plenamente por la nobleza, prontitud y entrega del ejemplar de El Pilar, sobre todo, por el pitón derecho. Fluyeron por ahí las tandas de Miguel Ángel con el sello que es marca de la casa: largura, lentitud, encaje, hondura y firmeza. Y todo ello, con el marchamo de la ligazón. Le costó mucho más al toro por el lado izquierdo, por donde los naturales, de notable profundidad también, tuvieron que ser de uno en uno. Mató pronto y se le pidió la segunda oreja, aunque el palco sólo concediera la primera. 
 
 
Plaza de Toros de GUIJUELO. Más de tres cuartos de entrada. Se lidian toros de EL PILAR.
 
López Chaves: oreja y oreja
Miguel Ángel Perera: oreja con petición de la segunda y dos orejas
José Garrido: ovación y dos orejas
 
 
MIGU9392.JPG MIGU9411.JPG MIGU9425.JPG MIGU9430.JPG MIGU9450.JPG MIGU9452.JPG MIGU9456.JPG MIGU9457.JPG MIGU9460.JPG MIGU9473.JPG MIGU9480.JPG MIGU9484.JPG MIGU9499.JPG MIGU9504.JPG MIGU9513.JPG MIGU9525.JPG MIGU9526.JPG MIGU9528.JPG MIGU9560.JPG MIGU9583.JPG MIGU9586.JPG MIGU9720.JPG MIGU9760.JPG
  
 
 
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