20171230 cali02
30 de diciembre de 2017
CALI
Feria Taurina 2017
 
CORRIDA DE TOROS 6 TOROS de
SALENTO
MIGUEL ÁNGEL PERERA
Luis Bolívar
López Simón
  
A CONTRAESTILO
 
Ya nació la tarde torcida en su misma meteorología. Todo fue dar la hora del paseíllo y desatarse un fuerte aguacero que hacía presagiar lo peor. Aún así, se tiró para adelante, a lo que tampoco ayudó el viento que sopló molesto en varios momentos. Destemplado el cielo y también los aceros. Sobre todo, en la primera faena, tras la que debió haber premio. En la segunda, todo fue imposible por la condición peligrosa del ejemplar de Salento, avisado y a la defensiva sin disimulo alguno.
 
Se demoró, sobre todo, en el uso con el descabello y eso le privó de tocar pelo en su primer toro. Que lo fue con entrega si, como hizo Miguel Ángel, se le tomaba la distancia precisa, ya que se ponía más complicado cuanto esa distancia era más corta. Molestado primero por la lluvia y luego por el viento, construyó el torero varias tandas de mucho peso y pronto calado en el tendido, que prendió en su emoción para cantar su faena. Fue posible gracias a la precisión técnica de Perera, que ligó y prolongó las embestidas de su oponente rompiéndolo por abajo en muletazos tan hondos que tuvieron eco. Complicó el toro el momento final porque no se cuadraba y hubo de andar presto para cobrar una estocada entera que, aún así, precisó del descabello, que fue ya donde todo se prolongó demasiado hasta el punto de sonar dos avisos. Con todo, y esto dice mucho, el público valoró su faena con una sincera ovación.
 
Con el segundo, no le quedó otra más que abreviar, dada la complicada condición del toro, que fue peligroso porque no acudió nunca entregado a los trastos, sino, más bien, enterado siempre de dónde estaba el torero. Tras acariciarlo a la verónica a su salida al ruedo, trató Miguel Ángel de consentir a su enemigo, aplicando resortes de la técnica como la colocación firme de la muleta para llevarlo tapado y conducirlo en busca de corregir sus debes. Pero no halló nunca correspondencia y se sintió incómodo. También se demoró con la espada y el descabello porque el astado no se dejó colocar nunca, esperaba orientado y se arrancaba y eso hizo imposible su muerte en la plaza, de ahí que sonaran los tres avisos. 
 
Plaza de Toros de CALI. Media entrada. Se lidian toros de SALENTO. 
 
Miguel Ángel Perera: silencio y silencio tras tres avisos
Luis Bolívar: silencio y aplausos
López Simón: silencio y aplausos
 
 
 
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Fotos @PlazaTorosCali y DIEO CABALLERO

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30 de diciembre de 2017
CALI
Feria Taurina 2017
 
CORRIDA DE TOROS 6 TOROS de
SALENTO
MIGUEL ÁNGEL PERERA
Luis Bolívar
López Simón
  
A CONTRAESTILO
 
Ya nació la tarde torcida en su misma meteorología. Todo fue dar la hora del paseíllo y desatarse un fuerte aguacero que hacía presagiar lo peor. Aún así, se tiró para adelante, a lo que tampoco ayudó el viento que sopló molesto en varios momentos. Destemplado el cielo y también los aceros. Sobre todo, en la primera faena, tras la que debió haber premio. En la segunda, todo fue imposible por la condición peligrosa del ejemplar de Salento, avisado y a la defensiva sin disimulo alguno.
 
Se demoró, sobre todo, en el uso con el descabello y eso le privó de tocar pelo en su primer toro. Que lo fue con entrega si, como hizo Miguel Ángel, se le tomaba la distancia precisa, ya que se ponía más complicado cuanto esa distancia era más corta. Molestado primero por la lluvia y luego por el viento, construyó el torero varias tandas de mucho peso y pronto calado en el tendido, que prendió en su emoción para cantar su faena. Fue posible gracias a la precisión técnica de Perera, que ligó y prolongó las embestidas de su oponente rompiéndolo por abajo en muletazos tan hondos que tuvieron eco. Complicó el toro el momento final porque no se cuadraba y hubo de andar presto para cobrar una estocada entera que, aún así, precisó del descabello, que fue ya donde todo se prolongó demasiado hasta el punto de sonar dos avisos. Con todo, y esto dice mucho, el público valoró su faena con una sincera ovación.
 
Con el segundo, no le quedó otra más que abreviar, dada la complicada condición del toro, que fue peligroso porque no acudió nunca entregado a los trastos, sino, más bien, enterado siempre de dónde estaba el torero. Tras acariciarlo a la verónica a su salida al ruedo, trató Miguel Ángel de consentir a su enemigo, aplicando resortes de la técnica como la colocación firme de la muleta para llevarlo tapado y conducirlo en busca de corregir sus debes. Pero no halló nunca correspondencia y se sintió incómodo. También se demoró con la espada y el descabello porque el astado no se dejó colocar nunca, esperaba orientado y se arrancaba y eso hizo imposible su muerte en la plaza, de ahí que sonaran los tres avisos. 
 
Plaza de Toros de CALI. Media entrada. Se lidian toros de SALENTO. 
 
Miguel Ángel Perera: silencio y silencio tras tres avisos
Luis Bolívar: silencio y aplausos
López Simón: silencio y aplausos
 
 
 
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Fotos @PlazaTorosCali y DIEO CABALLERO
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