MIGU6948
6 de agosto de 2016
HUELVA
Feria de LAS COLOMBINAS
 
CORRIDA DE TOROS 6 TOROS de
SANTIAGO DOMECQ y VICTORIANO DEL RÍO
Julián López, El Juli
MIGUEL ÁNGEL PERERA
Roca Rey
  
LA ESPADA Y LO IMPOSIBLE SE LLEVAN OTRO TRIUNFO
 

Por la espada en el primero y por lo imposible de su segundo toro, Miguel Ángel Perera se va de vacío de Huelva en una tarde cuesta arriba en general por el juego deslucido y muy a menos de la corrida de Santiago Domecq. Tuvo que construir metro a metro el extremeño el edificio de su primera faena ante un toro bajo de casta, de escasa transmisión y de finales protestones. Fue lidia paciente de Perera para exprimir las embestidas del toro, de nombre Ladrón, con el que firmó un segundo tramo de faena sencillamente impresionante. Primero, por quietud. Porque Miguel Ángel enterró sus piernas y su cintura en el ruedo onubense y puso su vida en la suerte de esa misma cintura y de las muñecas. Porque duró varios minutos una serie interminable de muletazos de toda clase y condición, por los dos lados, por la barriga y por la espalda, con ayuda y sin ella, con los pitones chocando con las piernas del torero cada vez que el toro finalizaba un viaje y se giraba para emprender el otro… Y todo, sin que Miguel Ángel rectificara un ápice su posición. Es más, una vez hubo en que la propia inercia del toro al girar el cuello le empujó con la punta de los pitones sin que el diestro pestañeara. Interminable, impresionante: la voluntad del hombre imponiéndose hasta a su propia suerte. La Plaza de la Merced se puso en pie al unísono para rendirse ante Perera. Lástima el cáliz de las espadas de este año. Fue al tercer viaje cuando la tizona entró entera después de pinchar dos veces arriba. Injusto, pero cierto. En banderillas, se desmonteraron Curro Javier y Guillermo Barbero, como luego Javier Ámbel el siguiente toro.

 

En ese quinto, las opciones fueron menos todavía, pero las prestaciones que le sacó el de Badajoz, innegables. Casi todo el partido lo fue con el capote. Primero, en varias verónicas mecidas muy despacio en el saludo. Y luego, en un quite de cite que se dejó querer por la renuencia de Bolero, el toro de Santiago Domecq, pero que cuando explotó tuvo emoción, mucho ajuste y, otra vez, cada lance, fuera de la naturaleza que fuera, nacido y crecido en el juego de las muñecas. Chicuelinas, tafalleras, gaoneras… Diferentes todas, pero todas en el tronco común de la quietud y de la verdad. Como el inicio de faena, con Perera anclado en los medios y dejándose venir de largo al de Domecq para sacarse la muleta por la espalda en el mismo momento del embroque. Y así, una y otra vez en una declaración de intenciones inequívoca de la actitud del torero. Pero fue terminar esta tanda, ver el toro la puerta abierta de la escapatoria e irse tras ella con descaro y ya sin remisión. Se cobijó el utrero casi al hilo de las tablas donde Miguel Ángel le enjaretó una tanda en redondo redondísima, ligadísima, casi como si toda ella hubiera sido un único muletazo que no terminaba gracias la maestría con que el torero le tapaba la salida al toro cerrándole así la puerta que buscaba para seguir yéndose. No lo logró ahí, pero sí ya siempre en adelante, con Perera yendo tras él sin poder conseguir más que algún muletazo suelto. Imposible. Pinchó también antes de la estocada definitiva y se consumó el vacío de premios. Eso sí, la cariñosa y atronadora ovación que le tributó el público fue el eco justo a la actitud de Miguel Ángel Perera hoy en La Merced. 

 
Plaza de Toros de HUELVA. Casi lleno. Se lidian cinco toros de SANTIAGO DOMECQ y uno como sobrero (1º) de VICTORIANO DEL RÍO
 
Julián López, El Juli:  ovación y ovación 
Miguel Ángel Perera: ovación y ovación
Roca Rey: ovación y ovación
 
MIGU6466.JPG MIGU6473.JPG MIGU6551.JPG MIGU6555.JPG MIGU6556.JPG MIGU6557.JPG MIGU6867.JPG MIGU6893.JPG MIGU6899.JPG MIGU6911.JPG MIGU6912.JPG MIGU6948.JPG MIGU6961.JPG MIGU6962.JPG MIGU6963.JPG MIGU6964.JPG MIGU6965.JPG MIGU6966.JPG MIGU6967.JPG MIGU6968.JPG MIGU6969.JPG MIGU7007.JPG
 

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6 de agosto de 2016
HUELVA
Feria de LAS COLOMBINAS
 
CORRIDA DE TOROS 6 TOROS de
SANTIAGO DOMECQ y VICTORIANO DEL RÍO
Julián López, El Juli
MIGUEL ÁNGEL PERERA
Roca Rey
  
LA ESPADA Y LO IMPOSIBLE SE LLEVAN OTRO TRIUNFO
 

Por la espada en el primero y por lo imposible de su segundo toro, Miguel Ángel Perera se va de vacío de Huelva en una tarde cuesta arriba en general por el juego deslucido y muy a menos de la corrida de Santiago Domecq. Tuvo que construir metro a metro el extremeño el edificio de su primera faena ante un toro bajo de casta, de escasa transmisión y de finales protestones. Fue lidia paciente de Perera para exprimir las embestidas del toro, de nombre Ladrón, con el que firmó un segundo tramo de faena sencillamente impresionante. Primero, por quietud. Porque Miguel Ángel enterró sus piernas y su cintura en el ruedo onubense y puso su vida en la suerte de esa misma cintura y de las muñecas. Porque duró varios minutos una serie interminable de muletazos de toda clase y condición, por los dos lados, por la barriga y por la espalda, con ayuda y sin ella, con los pitones chocando con las piernas del torero cada vez que el toro finalizaba un viaje y se giraba para emprender el otro… Y todo, sin que Miguel Ángel rectificara un ápice su posición. Es más, una vez hubo en que la propia inercia del toro al girar el cuello le empujó con la punta de los pitones sin que el diestro pestañeara. Interminable, impresionante: la voluntad del hombre imponiéndose hasta a su propia suerte. La Plaza de la Merced se puso en pie al unísono para rendirse ante Perera. Lástima el cáliz de las espadas de este año. Fue al tercer viaje cuando la tizona entró entera después de pinchar dos veces arriba. Injusto, pero cierto. En banderillas, se desmonteraron Curro Javier y Guillermo Barbero, como luego Javier Ámbel el siguiente toro.

 

En ese quinto, las opciones fueron menos todavía, pero las prestaciones que le sacó el de Badajoz, innegables. Casi todo el partido lo fue con el capote. Primero, en varias verónicas mecidas muy despacio en el saludo. Y luego, en un quite de cite que se dejó querer por la renuencia de Bolero, el toro de Santiago Domecq, pero que cuando explotó tuvo emoción, mucho ajuste y, otra vez, cada lance, fuera de la naturaleza que fuera, nacido y crecido en el juego de las muñecas. Chicuelinas, tafalleras, gaoneras… Diferentes todas, pero todas en el tronco común de la quietud y de la verdad. Como el inicio de faena, con Perera anclado en los medios y dejándose venir de largo al de Domecq para sacarse la muleta por la espalda en el mismo momento del embroque. Y así, una y otra vez en una declaración de intenciones inequívoca de la actitud del torero. Pero fue terminar esta tanda, ver el toro la puerta abierta de la escapatoria e irse tras ella con descaro y ya sin remisión. Se cobijó el utrero casi al hilo de las tablas donde Miguel Ángel le enjaretó una tanda en redondo redondísima, ligadísima, casi como si toda ella hubiera sido un único muletazo que no terminaba gracias la maestría con que el torero le tapaba la salida al toro cerrándole así la puerta que buscaba para seguir yéndose. No lo logró ahí, pero sí ya siempre en adelante, con Perera yendo tras él sin poder conseguir más que algún muletazo suelto. Imposible. Pinchó también antes de la estocada definitiva y se consumó el vacío de premios. Eso sí, la cariñosa y atronadora ovación que le tributó el público fue el eco justo a la actitud de Miguel Ángel Perera hoy en La Merced. 

 
Plaza de Toros de HUELVA. Casi lleno. Se lidian cinco toros de SANTIAGO DOMECQ y uno como sobrero (1º) de VICTORIANO DEL RÍO
 
Julián López, El Juli:  ovación y ovación 
Miguel Ángel Perera: ovación y ovación
Roca Rey: ovación y ovación
 
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