bilbaos13 203
20 de agosto de 2011
CUENCA
Feria de SAN JULIÁN
 
CORRIDA DE TOROS 6 TOROS de
SANCHEZ-ARJONA
Javier Conde
Morante de la Puebla
MIGUEL ÁNGEL PERERA
 
LA ESPADA DEJA SIN TROFEOS LOS MÉRITOS DE PERERA EN SUS DOS TOROS

Miguel Ángel Perera, que había entrado por la vía de la sustitución en el cartel de Cuenca, cumplió con gran solvencia y mérito su compromiso, dando al público buenos contenidos en sus dos toros, pero una vez más la espada rompió la posibilidad de salir en triunfo de este coso. Los pinchazos que dio en sus dos oponentes le impidieron cortar dos o tres orejas que había merecido por lo centrado y seguro que estuvo en ambos, haciendo faenas de mucho mérito a pesar de las limitaciones de sus toros.

Ninguno de los dos toros de Sánchez Arjona le permitieron lucimiento de capa, aunque al segundo de dio una larga cambiada de rodillas. Al primero de su lote comenzó toreándolo muy templado en una primera serie por el pitón derecho, pero el toro se agotó justo después y Perera no tuvo más remedio que meterse en su terreno e intentar ahí sacarle todo el partido posible. Fue una labor de mérito porque se trataba de construir desde la nada, y Perera lo hizo bien, de modo que, de no haber pinchado, podía haber sido premiado con una oreja.

En el segundo de su lote Perera sacó todo el rendimiento posible del toro de Sánchez Arjona y le hizo una buena faena, con series templadas y limpias por ambos pitones. El torero, técnicamente impecable, consiguió hacer a un toro flojo, afianzarlo, y convertirlo en colaborador para cuajar una faena que habría conducido a un premio doble de no haber fallado con la espada. De cualquier modo, a los aficionados de Cuenca les quedó la satisfacción de ver a un torero en forma y capaz de hacer mucho con muy poco. Esa es la mejor imagen que dejó Perera en cuenca. Lo peor, el acero destemplado.

Plaza de toros de Cuenca. Tres cuartos de entrada. Se lidiaron toros de Sánchez Arjona.

Javier Conde, silencio y oreja.

Morante de la Puebla, ovación y ovación.

Miguel Ángel Perera, silencio y silencio tras aviso.

 
 
 
 
 
 

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20 de agosto de 2011
CUENCA
Feria de SAN JULIÁN
 
CORRIDA DE TOROS 6 TOROS de
SANCHEZ-ARJONA
Javier Conde
Morante de la Puebla
MIGUEL ÁNGEL PERERA
 
LA ESPADA DEJA SIN TROFEOS LOS MÉRITOS DE PERERA EN SUS DOS TOROS

Miguel Ángel Perera, que había entrado por la vía de la sustitución en el cartel de Cuenca, cumplió con gran solvencia y mérito su compromiso, dando al público buenos contenidos en sus dos toros, pero una vez más la espada rompió la posibilidad de salir en triunfo de este coso. Los pinchazos que dio en sus dos oponentes le impidieron cortar dos o tres orejas que había merecido por lo centrado y seguro que estuvo en ambos, haciendo faenas de mucho mérito a pesar de las limitaciones de sus toros.

Ninguno de los dos toros de Sánchez Arjona le permitieron lucimiento de capa, aunque al segundo de dio una larga cambiada de rodillas. Al primero de su lote comenzó toreándolo muy templado en una primera serie por el pitón derecho, pero el toro se agotó justo después y Perera no tuvo más remedio que meterse en su terreno e intentar ahí sacarle todo el partido posible. Fue una labor de mérito porque se trataba de construir desde la nada, y Perera lo hizo bien, de modo que, de no haber pinchado, podía haber sido premiado con una oreja.

En el segundo de su lote Perera sacó todo el rendimiento posible del toro de Sánchez Arjona y le hizo una buena faena, con series templadas y limpias por ambos pitones. El torero, técnicamente impecable, consiguió hacer a un toro flojo, afianzarlo, y convertirlo en colaborador para cuajar una faena que habría conducido a un premio doble de no haber fallado con la espada. De cualquier modo, a los aficionados de Cuenca les quedó la satisfacción de ver a un torero en forma y capaz de hacer mucho con muy poco. Esa es la mejor imagen que dejó Perera en cuenca. Lo peor, el acero destemplado.

Plaza de toros de Cuenca. Tres cuartos de entrada. Se lidiaron toros de Sánchez Arjona.

Javier Conde, silencio y oreja.

Morante de la Puebla, ovación y ovación.

Miguel Ángel Perera, silencio y silencio tras aviso.

 
 
 
 
 
 
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