Perera ha sido muy superior al primer toro de su lote, un astado de Fuente Ymbro, que tenía un buen fondo de nobleza pero que transmitía muy poco, restando emoción a lo que le hacía el torero.
Este segundo de la tarde no le permitió lucirse con el capote y cogió de forma espectacular al banderillero Joselito Gutiérrez, al que por fortuna no hirió, aunque le propinó una auténtica paliza. En la muleta el animal comenzó embistiendo sin celo, sin decir nada. Perera lo empujó en los primeros muletazos por alto y también en las primeras series de derechazos.
La suavidad presidió la labor del torero, y también el temple. Sobre estas bases construyó una faena muy interesante a pesar de la falta de chispa de su enemigo. Perera tapó con talento y entrega la limitación de este primer oponente, al que llegó a alargarle la embestida por los dos pitones, dándole naturales de buen trazo y muy estimables.
Muy despierto siempre, cuando el fuenteymbro se vino a menos, Perera se metió en los pitones con esa autoridad que sólo él posee. Fue un parón impresionante en el que dejó que los pitones le rozaran las taleguillas. Perera pisó terrenos prohibidos y Bilbao supo reconocerle el mérito. Quizá le habría premiado de haber matado a la primera, pero otra vez la espada se la jugó al torero. Dos pinchazos precedieron a una estocada y Perera se tuvo que conformar con una ovación que recogió desde el tercio.
El quinto ya puso de manifiesto su violencia en el capote, impidiendo el lucimiento de Perera. En el comienzo de la faena de muleta el toro se movió de forma áspera, con violencia y Perera intentó aplacarlo a base de temple. Pronto se vio que el de Fuente Ymbro no quería nada por el lado derecho, por donde tiró un tremendo gañafón a Perera cuando se puso por ese pitón.
En vista de esta dificultad, el torero cogió la muleta con la zurda y logró sacarle algunos muletazos de uno en uno. Pero también por ese lado fue a peor. Perera tuvo el mérito de probar de nuevo por el derecho, aunque el toro no había cambiado para nada su mal estilo. El resto de faena consistió en una meritoria insistencia del torero y una cada vez menor posibilidad del astado. Se entiende que con un enemigo así el destino final no fuera el triunfo. Mató de media y Bilbao supo reconocer sus méritos.
Bilbao. Toros de Fuente Ymbro, bien presentados.
El Fandi, palmas y silencio.
Miguel Ángel Perera, ovación y ovación.
Daniel Luque, ovación y vuelta al ruedo.
Perera ha sido muy superior al primer toro de su lote, un astado de Fuente Ymbro, que tenía un buen fondo de nobleza pero que transmitía muy poco, restando emoción a lo que le hacía el torero.
Este segundo de la tarde no le permitió lucirse con el capote y cogió de forma espectacular al banderillero Joselito Gutiérrez, al que por fortuna no hirió, aunque le propinó una auténtica paliza. En la muleta el animal comenzó embistiendo sin celo, sin decir nada. Perera lo empujó en los primeros muletazos por alto y también en las primeras series de derechazos.
La suavidad presidió la labor del torero, y también el temple. Sobre estas bases construyó una faena muy interesante a pesar de la falta de chispa de su enemigo. Perera tapó con talento y entrega la limitación de este primer oponente, al que llegó a alargarle la embestida por los dos pitones, dándole naturales de buen trazo y muy estimables.
Muy despierto siempre, cuando el fuenteymbro se vino a menos, Perera se metió en los pitones con esa autoridad que sólo él posee. Fue un parón impresionante en el que dejó que los pitones le rozaran las taleguillas. Perera pisó terrenos prohibidos y Bilbao supo reconocerle el mérito. Quizá le habría premiado de haber matado a la primera, pero otra vez la espada se la jugó al torero. Dos pinchazos precedieron a una estocada y Perera se tuvo que conformar con una ovación que recogió desde el tercio.
El quinto ya puso de manifiesto su violencia en el capote, impidiendo el lucimiento de Perera. En el comienzo de la faena de muleta el toro se movió de forma áspera, con violencia y Perera intentó aplacarlo a base de temple. Pronto se vio que el de Fuente Ymbro no quería nada por el lado derecho, por donde tiró un tremendo gañafón a Perera cuando se puso por ese pitón.
En vista de esta dificultad, el torero cogió la muleta con la zurda y logró sacarle algunos muletazos de uno en uno. Pero también por ese lado fue a peor. Perera tuvo el mérito de probar de nuevo por el derecho, aunque el toro no había cambiado para nada su mal estilo. El resto de faena consistió en una meritoria insistencia del torero y una cada vez menor posibilidad del astado. Se entiende que con un enemigo así el destino final no fuera el triunfo. Mató de media y Bilbao supo reconocer sus méritos.
Bilbao. Toros de Fuente Ymbro, bien presentados.
El Fandi, palmas y silencio.
Miguel Ángel Perera, ovación y ovación.
Daniel Luque, ovación y vuelta al ruedo.