Cada año, Ronda sale a la calle a disfrutar de una tarde de toros única. Los toreros se praparan con gran ilusión y llegan a la plaza, subidos en coches de caballos y abriéndose paso entre una multitud que se deshace en piropos. Como dicen aquellos que han vivido la Goyesca de Ronda, ninguna otra plaza de España te hace sentir la emoción tan de cerca.

Perera fue ayer uno de ellos. Vestido de blanco y azabache, subió al coche de caballos acompañado de su cuadrilla. El brillo de sus ojos transmitía la ilusión del diestro por triunfar en una plaza tan especial.

Al tercer toro, con serios problemas de vitsa y al que le costaba fijar la embestida, el extremeño le cortó dos orejas, aegurando la Puerta Grande. Volvió a dominar Perera sobre un tercer toro, de hechuras feas, ante el que tuvo que mostrarse muy firme para lograr sacar algún multazo.

Templado y con valentía, realizó una faena en la cercanía que remató con unos circulares invertidos, llegando a los tendidos que pidieron con fuerza las dos orejas tras una estocada algo tendida.

Con el sexto, un toro rajado que tampoco le dejó mucha opción, volvió a imponerse y a esforzarse hasta lograr una faena cargada de emoción y valentía. Estoconazo que le valió la tercera oreja.

Cada año, Ronda sale a la calle a disfrutar de una tarde de toros única. Los toreros se praparan con gran ilusión y llegan a la plaza, subidos en coches de caballos y abriéndose paso entre una multitud que se deshace en piropos. Como dicen aquellos que han vivido la Goyesca de Ronda, ninguna otra plaza de España te hace sentir la emoción tan de cerca.

Perera fue ayer uno de ellos. Vestido de blanco y azabache, subió al coche de caballos acompañado de su cuadrilla. El brillo de sus ojos transmitía la ilusión del diestro por triunfar en una plaza tan especial.

Al tercer toro, con serios problemas de vitsa y al que le costaba fijar la embestida, el extremeño le cortó dos orejas, aegurando la Puerta Grande. Volvió a dominar Perera sobre un tercer toro, de hechuras feas, ante el que tuvo que mostrarse muy firme para lograr sacar algún multazo.

Templado y con valentía, realizó una faena en la cercanía que remató con unos circulares invertidos, llegando a los tendidos que pidieron con fuerza las dos orejas tras una estocada algo tendida.

Con el sexto, un toro rajado que tampoco le dejó mucha opción, volvió a imponerse y a esforzarse hasta lograr una faena cargada de emoción y valentía. Estoconazo que le valió la tercera oreja.