Perera, que reaparecía en la plaza venezolana de Mérida tras la cogida sufrida hace unos días en Maracay, ha cuajado una gran tarde cortando tres orejas y saliendo a hombros junto al ganadero Carlos Roldán.
Lo mejor de su actuación llegó en su primero, un bravo y buen toro de San Sebastián de las Palmas, al que Perera cuajó de principio a fin en series de muletazos hondos, templados y sentidos. A placer toreó el extremeño que, no obstante, pinchó y perdió un premio todavía mayor al de las dos orejas que paseó.
Su segundo fue la antítesis de este, un animal con dificultades, que exigía firmeza y disposición. La misma de la que hizo gala Perera, quien exponiendo y tragando mucho llegó a sufrir una fuerte voltereta, afortunadamente sin consecuencias y cortó una Oreja.
Rejoneador Francisco Javier Rodríguez, una oreja
Francisco Rivera Ordóñez, palmas y oreja
Otto Rodríguez, palmas y pitos
Miguel Angel Perera, dos orejas y oreja
Perera, que reaparecía en la plaza venezolana de Mérida tras la cogida sufrida hace unos días en Maracay, ha cuajado una gran tarde cortando tres orejas y saliendo a hombros junto al ganadero Carlos Roldán.
Lo mejor de su actuación llegó en su primero, un bravo y buen toro de San Sebastián de las Palmas, al que Perera cuajó de principio a fin en series de muletazos hondos, templados y sentidos. A placer toreó el extremeño que, no obstante, pinchó y perdió un premio todavía mayor al de las dos orejas que paseó.
Su segundo fue la antítesis de este, un animal con dificultades, que exigía firmeza y disposición. La misma de la que hizo gala Perera, quien exponiendo y tragando mucho llegó a sufrir una fuerte voltereta, afortunadamente sin consecuencias y cortó una Oreja.
Rejoneador Francisco Javier Rodríguez, una oreja
Francisco Rivera Ordóñez, palmas y oreja
Otto Rodríguez, palmas y pitos
Miguel Angel Perera, dos orejas y oreja