bilbaos13 203
13 de octubre de 2007
zaragoza
Feria del pilar
 
CORRIDA DE TOROS 6 TOROS de
VICTORIANO DEL RÍO CORTÉS Y TOROS DE CORTÉS
El Juli
Salvador Vega
MIGUEL ÁNGEL PERERA
 
IMPORTANTE PERERA, QUE ARRANCA UNA OREJA DE LEY

La oreja que Perera arrancó al sexto fue de infarto. La de más peso de todo El Pilar. Y será de las que más le haya costado pasear de toda la temporada. Por el toro, por las fechas, por las circunstancias y por el ambiente. Todo a la contra. Y todo remontado.

Miguel Ángel está en un momento envidiable. Fresco como casi ninguno. Ve posibilidades con cualquier toro. El bueno y el inválido. El manso y el bravo. Cualquiera le vale. No está en gracia. Ha alcanzado el punto álgido que llevaba buscando hace tiempo.

Quienes lo conocen o le han seguido, sabían que en el sexto iba a pasar algo. Se iba en blanco el último puerto de primera. El primero fue un toro que duró un suspiro. Como casi toda la corrida de Victoriano del Río. Encierro muy al límite de todo. También de presencia. Por eso todo se puso a la contra.

Ese primero salió suelto en los primeros compases y se paró casi en la primera serie de muleta. Antes habían llegado los cambiados, por alto y de pecho ligados. Marca de la casa. Y en una serie sobre la mano diestra se acabó. Disuelto como un azucarillo. Ahí amagó al torero con un parón tremendo, que aguantó Perera como si nada. Sin maldad el animal, tampoco tuvo emoción. Pese a ello, Miguel Ángel cuajó una tanda al natural de nota muy alta. De uno en uno casi. Pero hasta el final. Con entrega y tesón. Marca de la casa.

Así las cosas, cuando salió el sexto la tarde iba cuesta abajo. Y salió el de Toros de Cortés casi renqueando por chiqueros. Cárdeno y bien puesto, el animal tenía buen tranco. Lo avisó de salida. A la vez que no se iba a tener en pie. Se armó el cisco en tendidos cuando el presidente ordenó el cambio de tercio. El animal se derrumbó y todo fue a la contra. Comenzaron gritos a destiempo. También con el torero.

Pero Perera tomó la montera y brindó a Cepeda. No era toro de brindis. Pero era mucho más lo que había en ese monterazo. Cepeda ha creído en él y se ha partido el pecho como pocos. Ambos han conseguido un matrimonio feliz y sólido. Así que hubo brindis y se sabía que por Perera no iba a ser.

El animal se derrumbó a las primeras de cambio y las protestas crecieron. Le dio sitio y tiempo Perera, en series más en línea y dándole confianza. Era la clave. El animal tiró de fondo y se mantuvo en pie. El torero cimentó sobre ello una faena de mucho mérito. Lo rompió en dos tandas por el pitón derecho. Con hondura y profundidad. Por abajo. Y la plaza entregada ya. A la fuerza.

Fue tremenda la forma de dar la vuelta a todo. Y tremendo el valor, la entrega y la cabeza. Está fresco y todo le vale. La estocada tiró al toro sin puntilla y puso en su mano una oreja de ley. Como pocas en la feria. Da pena que se acabe la temporada. Justo ahora que parece más en sazón que nunca.

Pero la tarde dio otra alegría. La recuperación de Salvador Vega. Falló a espadas y perdió un triunfo gordo. Pero me temo que más le valdrá al buen torero malagueño la forma en que toreó, cómo puso la plaza, cómo se lo creyó y cómo demostró que sigue toreando la mar de bien. Él mismo dejó de creérselo hace años y le ha costado reencontrarse. Hoy demostró que anda en ese camino bueno. Y es para celebrarlo.

Su primero fue el toro de la tarde. Porque tuvo nobleza como todos. Pero aguantó con fuerza. Y se vino alegre. Se rompió el torero desde el capote. Con varios lances y media de cartel. Y con las chicuelinas del quite, replicadas por Perera con gaoneras. Cuando tomó la muleta y se fue a brindar a los medios, comenzó Vega a destapar el tarro. Y de qué forma.

Con temple y mimo, a compás. Con el cuerpo y la tela. Gustando y gustándose. Todo fue a más. Las dos primeras series en redondo buenas. Y una al natural, para enmarcarla. Roto el torero. Con temple y mucho sentimiento. A flor de piel. Rompiéndose. Puro desgarro. Sólo su espada se encargó de emborronarlo.

Con el quinto también lo intentó. No alcanzó las mismas cotas, pero no cejó en el empeño. El sobrero no tenía la calidad del primero. Vega le buscó las vueltas, pero aquello no levantó. El toro no tenía raza alguna. Sí que la echó el torero. Al que le valdrá mucho esta tarde.

Juli se estrelló con dos ejemplares vacíos. Dos animales de apenas dos pases. Rajados y parados los dos. Con ambos lo intentó, se encontró con un ambiente a la contra y terminó matándolos con mucha profesionalidad. El pozo estaba seco y no había donde rascar.


La plaza se llenó "hasta la bandera" en tarde espléndida, aunque dentro del recinto y a pesar de estar la capota abierta hizo calor, y molestó mucho el humo del tabaco. Toros de Victoriano del Río, 5° y 6° con el hierro de "Toros de Cortés", desiguales de presentación y nobles aunque de poco juego por sus escasas fuerzas. El 2° a pesar de todo fue un gran toro. Devuelto el 5° salió un sobrero de "El Serrano", con movilidad pero sin estilo. El 6°, muy protestado por su extrema blandura, no fue para atrás.


Julián López "El Juli", silencio y silencio.
Salvador Vega, ovación tras aviso y ovación tras aviso.
Miguel Ángel Perera, ovación y oreja.

 

En cuadrillas, hubo un buen tercio de banderillas a cargo de "Corruco de Algeciras", que saludó montera en mano, invitando a compartir los aplausos a su compañero Óscar Reyes.

 
 
 
 
 
 
 

bilbaos13 203
13 de octubre de 2007
zaragoza
Feria del pilar
 
CORRIDA DE TOROS 6 TOROS de
VICTORIANO DEL RÍO CORTÉS Y TOROS DE CORTÉS
El Juli
Salvador Vega
MIGUEL ÁNGEL PERERA
 
IMPORTANTE PERERA, QUE ARRANCA UNA OREJA DE LEY

La oreja que Perera arrancó al sexto fue de infarto. La de más peso de todo El Pilar. Y será de las que más le haya costado pasear de toda la temporada. Por el toro, por las fechas, por las circunstancias y por el ambiente. Todo a la contra. Y todo remontado.

Miguel Ángel está en un momento envidiable. Fresco como casi ninguno. Ve posibilidades con cualquier toro. El bueno y el inválido. El manso y el bravo. Cualquiera le vale. No está en gracia. Ha alcanzado el punto álgido que llevaba buscando hace tiempo.

Quienes lo conocen o le han seguido, sabían que en el sexto iba a pasar algo. Se iba en blanco el último puerto de primera. El primero fue un toro que duró un suspiro. Como casi toda la corrida de Victoriano del Río. Encierro muy al límite de todo. También de presencia. Por eso todo se puso a la contra.

Ese primero salió suelto en los primeros compases y se paró casi en la primera serie de muleta. Antes habían llegado los cambiados, por alto y de pecho ligados. Marca de la casa. Y en una serie sobre la mano diestra se acabó. Disuelto como un azucarillo. Ahí amagó al torero con un parón tremendo, que aguantó Perera como si nada. Sin maldad el animal, tampoco tuvo emoción. Pese a ello, Miguel Ángel cuajó una tanda al natural de nota muy alta. De uno en uno casi. Pero hasta el final. Con entrega y tesón. Marca de la casa.

Así las cosas, cuando salió el sexto la tarde iba cuesta abajo. Y salió el de Toros de Cortés casi renqueando por chiqueros. Cárdeno y bien puesto, el animal tenía buen tranco. Lo avisó de salida. A la vez que no se iba a tener en pie. Se armó el cisco en tendidos cuando el presidente ordenó el cambio de tercio. El animal se derrumbó y todo fue a la contra. Comenzaron gritos a destiempo. También con el torero.

Pero Perera tomó la montera y brindó a Cepeda. No era toro de brindis. Pero era mucho más lo que había en ese monterazo. Cepeda ha creído en él y se ha partido el pecho como pocos. Ambos han conseguido un matrimonio feliz y sólido. Así que hubo brindis y se sabía que por Perera no iba a ser.

El animal se derrumbó a las primeras de cambio y las protestas crecieron. Le dio sitio y tiempo Perera, en series más en línea y dándole confianza. Era la clave. El animal tiró de fondo y se mantuvo en pie. El torero cimentó sobre ello una faena de mucho mérito. Lo rompió en dos tandas por el pitón derecho. Con hondura y profundidad. Por abajo. Y la plaza entregada ya. A la fuerza.

Fue tremenda la forma de dar la vuelta a todo. Y tremendo el valor, la entrega y la cabeza. Está fresco y todo le vale. La estocada tiró al toro sin puntilla y puso en su mano una oreja de ley. Como pocas en la feria. Da pena que se acabe la temporada. Justo ahora que parece más en sazón que nunca.

Pero la tarde dio otra alegría. La recuperación de Salvador Vega. Falló a espadas y perdió un triunfo gordo. Pero me temo que más le valdrá al buen torero malagueño la forma en que toreó, cómo puso la plaza, cómo se lo creyó y cómo demostró que sigue toreando la mar de bien. Él mismo dejó de creérselo hace años y le ha costado reencontrarse. Hoy demostró que anda en ese camino bueno. Y es para celebrarlo.

Su primero fue el toro de la tarde. Porque tuvo nobleza como todos. Pero aguantó con fuerza. Y se vino alegre. Se rompió el torero desde el capote. Con varios lances y media de cartel. Y con las chicuelinas del quite, replicadas por Perera con gaoneras. Cuando tomó la muleta y se fue a brindar a los medios, comenzó Vega a destapar el tarro. Y de qué forma.

Con temple y mimo, a compás. Con el cuerpo y la tela. Gustando y gustándose. Todo fue a más. Las dos primeras series en redondo buenas. Y una al natural, para enmarcarla. Roto el torero. Con temple y mucho sentimiento. A flor de piel. Rompiéndose. Puro desgarro. Sólo su espada se encargó de emborronarlo.

Con el quinto también lo intentó. No alcanzó las mismas cotas, pero no cejó en el empeño. El sobrero no tenía la calidad del primero. Vega le buscó las vueltas, pero aquello no levantó. El toro no tenía raza alguna. Sí que la echó el torero. Al que le valdrá mucho esta tarde.

Juli se estrelló con dos ejemplares vacíos. Dos animales de apenas dos pases. Rajados y parados los dos. Con ambos lo intentó, se encontró con un ambiente a la contra y terminó matándolos con mucha profesionalidad. El pozo estaba seco y no había donde rascar.


La plaza se llenó "hasta la bandera" en tarde espléndida, aunque dentro del recinto y a pesar de estar la capota abierta hizo calor, y molestó mucho el humo del tabaco. Toros de Victoriano del Río, 5° y 6° con el hierro de "Toros de Cortés", desiguales de presentación y nobles aunque de poco juego por sus escasas fuerzas. El 2° a pesar de todo fue un gran toro. Devuelto el 5° salió un sobrero de "El Serrano", con movilidad pero sin estilo. El 6°, muy protestado por su extrema blandura, no fue para atrás.


Julián López "El Juli", silencio y silencio.
Salvador Vega, ovación tras aviso y ovación tras aviso.
Miguel Ángel Perera, ovación y oreja.

 

En cuadrillas, hubo un buen tercio de banderillas a cargo de "Corruco de Algeciras", que saludó montera en mano, invitando a compartir los aplausos a su compañero Óscar Reyes.

 
 
 
 
 
 
 
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