Marzo ha sido el comienzo de todo. El arranque de una nueva temporada marcada con las máximas expectativas posibles. Con la ilusión a flor de piel de que 2018 sea la prolongación perfecta de 2017. El inicio ha sido bastante bueno porque las citas ya libradas de Olivenza y Castellón han permitido calibrar que Miguel Ángel Perera ha reanudado la marcha tal cual la detuvo en Madrid por Otoño. Siempre se ha dicho que él tiene la moneda para cambiar el rumbo de su suerte. Pues eso: lo cambió...
Y ahora toca seguir. Siempre seguir. Seguir adelante y encarando cada uno de los retos ya fijados en la campaña que recién empezó. Una aspiración puesta al yunque del trabajo sin pausa, en busca de ese momento exacto de precisión y equilibrio que todos los artistas persiguen, también los toreros. Más aún, los toreros: esos hombres que nunca se conforman ni con lo soñado, siempre encuentran sueños nuevos. Y en el toreo, toda esa búsqueda pasa por el campo. Por el toreo mismo. Por mantener vivo el tacto y el pulso, la emoción y las sensaciones. En unos días llega Valencia, primera gran referencia de la Champions League de cada año taurino. Una de esas ferias donde puntuar multiplica todos los puntos que se vayan sumando después. Tras Olivenza y Castellón, Miguel Ángel Perera prepara las Fallas en el campo, donde siempre y como siempre. Lo ha hecho en los últimos días en las ganaderías de Fuente Ymbro, Hermanos Domínguez Camacho y Torrehandilla. Huella de lo hecho es este reportaje gráfico de Miguel López. Cada estampa es un acta levantada del momento pleno de Perera. Pasen, vean y disfruten porque esto es lo que viene. Empezando por Valencia...
Marzo ha sido el comienzo de todo. El arranque de una nueva temporada marcada con las máximas expectativas posibles. Con la ilusión a flor de piel de que 2018 sea la prolongación perfecta de 2017. El inicio ha sido bastante bueno porque las citas ya libradas de Olivenza y Castellón han permitido calibrar que Miguel Ángel Perera ha reanudado la marcha tal cual la detuvo en Madrid por Otoño. Siempre se ha dicho que él tiene la moneda para cambiar el rumbo de su suerte. Pues eso: lo cambió...
Y ahora toca seguir. Siempre seguir. Seguir adelante y encarando cada uno de los retos ya fijados en la campaña que recién empezó. Una aspiración puesta al yunque del trabajo sin pausa, en busca de ese momento exacto de precisión y equilibrio que todos los artistas persiguen, también los toreros. Más aún, los toreros: esos hombres que nunca se conforman ni con lo soñado, siempre encuentran sueños nuevos. Y en el toreo, toda esa búsqueda pasa por el campo. Por el toreo mismo. Por mantener vivo el tacto y el pulso, la emoción y las sensaciones. En unos días llega Valencia, primera gran referencia de la Champions League de cada año taurino. Una de esas ferias donde puntuar multiplica todos los puntos que se vayan sumando después. Tras Olivenza y Castellón, Miguel Ángel Perera prepara las Fallas en el campo, donde siempre y como siempre. Lo ha hecho en los últimos días en las ganaderías de Fuente Ymbro, Hermanos Domínguez Camacho y Torrehandilla. Huella de lo hecho es este reportaje gráfico de Miguel López. Cada estampa es un acta levantada del momento pleno de Perera. Pasen, vean y disfruten porque esto es lo que viene. Empezando por Valencia...