Perera, protagonista en El Kikirikí

Miguel Ángel Perera ha sido el protagonsta esta semana del Patio de Entrevistas en el programa El Kikirikí del flamante canal Toros de Movistar +. El torero de Badajoz se expresó con suma sinceridad en una larga conversación con el periodista David Casas, con quien se refirió al pasado inmediato de su carrera, el presente y las ilusiones para el futuro ya a la vuelta de la esquina. 

 

Fue un diálogo sincero en cuyo transcurso reconoció Miguel Ángel que vive un momento "de felicidad personal" y de "poso profesional", al que sólo le resta, en este último caso, encontrar la rúbrica con la espada que se materialice en trofeos que hagan justicia a lo que viene haciendo en el ruedo. "No sabría decir a qué punto de madurez he llegado ya. Camino de los trece años de alternativa, evidentemente, no puedo pensar que esto acaba de empezar, aunque sí es verdad que a veces echo de menos volver a la ingenuidad del principio, a esa especie de estado virgen como torero que es tan diferente a todos". Con respecto a aquellos años, Perera sí reconoce que "todo me sigue costando mucho. Por el camino que he elegido, siempre tengo que estar reivindicándome, renovando aquello que he conseguido. La memoria es frágil en esto del toro y, por ejemplo, se olvida que hace sólo tres años corté cinco orejas en Madrid en dos tardes abriendo la Puerta Grande en dos ocasiones con apenas unos días de diferencia. Ese año logré convertir en gesta lo que se planteó como un gesto, como fue anunciarme con la corrida de Adolfo Martín y cortarle las dos orejas al segundo. No todo el mundo puede decir lo mismo y, aún así, se ha olvidado muy pronto".

 

El diestro de Puebla del Prior habló en nombre de Miguel Ángel y en el de Perera y, en ambos casos, reconoció que le dio muchas vueltas a la cabeza tras el gravísimo percance de Salamanca en 2013. "Fue una cogida brutal y tuve, al menos, la suerte de que me sucediera en Salamanca. Uno es hijo, hermano, marido y padre y, lógicamente, piensa mucho en lo que te pasa cuando vives una experiencia así. Además, la recuperación fue bastante más lenta de lo que imaginé y superarlo todo fue una vivencia que no olvidas". Son sólo algunos de los testimonios de Miguel Ángel Perera a su paso por Toros. Una declaración rotundamente sincera que, por encima de todo, se reafirmó en su conceto y en su filosofía. 

Perera, protagonista en El Kikirikí

Miguel Ángel Perera ha sido el protagonsta esta semana del Patio de Entrevistas en el programa El Kikirikí del flamante canal Toros de Movistar +. El torero de Badajoz se expresó con suma sinceridad en una larga conversación con el periodista David Casas, con quien se refirió al pasado inmediato de su carrera, el presente y las ilusiones para el futuro ya a la vuelta de la esquina. 

 

Fue un diálogo sincero en cuyo transcurso reconoció Miguel Ángel que vive un momento "de felicidad personal" y de "poso profesional", al que sólo le resta, en este último caso, encontrar la rúbrica con la espada que se materialice en trofeos que hagan justicia a lo que viene haciendo en el ruedo. "No sabría decir a qué punto de madurez he llegado ya. Camino de los trece años de alternativa, evidentemente, no puedo pensar que esto acaba de empezar, aunque sí es verdad que a veces echo de menos volver a la ingenuidad del principio, a esa especie de estado virgen como torero que es tan diferente a todos". Con respecto a aquellos años, Perera sí reconoce que "todo me sigue costando mucho. Por el camino que he elegido, siempre tengo que estar reivindicándome, renovando aquello que he conseguido. La memoria es frágil en esto del toro y, por ejemplo, se olvida que hace sólo tres años corté cinco orejas en Madrid en dos tardes abriendo la Puerta Grande en dos ocasiones con apenas unos días de diferencia. Ese año logré convertir en gesta lo que se planteó como un gesto, como fue anunciarme con la corrida de Adolfo Martín y cortarle las dos orejas al segundo. No todo el mundo puede decir lo mismo y, aún así, se ha olvidado muy pronto".

 

El diestro de Puebla del Prior habló en nombre de Miguel Ángel y en el de Perera y, en ambos casos, reconoció que le dio muchas vueltas a la cabeza tras el gravísimo percance de Salamanca en 2013. "Fue una cogida brutal y tuve, al menos, la suerte de que me sucediera en Salamanca. Uno es hijo, hermano, marido y padre y, lógicamente, piensa mucho en lo que te pasa cuando vives una experiencia así. Además, la recuperación fue bastante más lenta de lo que imaginé y superarlo todo fue una vivencia que no olvidas". Son sólo algunos de los testimonios de Miguel Ángel Perera a su paso por Toros. Una declaración rotundamente sincera que, por encima de todo, se reafirmó en su conceto y en su filosofía. 

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