11 de julio de 2017
PAMPLONA
Feria de SAN FERMÍN
CORRIDA DE TOROS 6 TOROS de
JANDILLA y VEGAHERMOSA
MIGUEL ÁNGEL PERERA
Cayetano
Roca Rey
PERERA MÁS ALLÁ DE PERERA
Puede que haya faltado el eco, la resonancia. Puede que la hemeroteca no hable de triunfo, un triunfo siempre necesario cuando se camina por el toreo tan a pecho descubierto como él lo hace, pero el momento de profundidad en el que vive Miguel Ángel Perera ha quedado bien definido hoy en su paso por San Fermín. Sabio, que es algo más que inteligente. Capaz, que es más también que valiente. Hondo, que es aún más profundo de lo que ya le es propio. Hundido en sí mismo para sacar de sí mismo lo que en su hondura late. Perera más allá de Perera, en definitiva. Un momento para disfrutar. Para disfrutarlo el torero y el aficionado que sepa verlo.
Se llamó Hurón el primero y fue más bien huraño. Porque no regaló nada y se expresó brusco y desabrido siempre en los trastos. No se empleó nunca, pero sobre todo los finales los tuvo muy destemplados. No se excusó Miguel Ángel Perera y se afanó en buscarle las vueltas. Primero, ya que era manso, planteándole la batalla en los terrenos del tercio, y luego toreándolo a su favor, conduciéndolo en línea recta, largo, prolongando su viaje para impedir que le alcanzara la muleta. Pero no fue siempre posible, dicho queda, por la fealdad con que el ejemplar de Vegahermosa salía de las suertes, siempre protestando, siempre a la defensiva. Lo mató a la primera el torero de Badajoz.
Incierto en los primeros tercios, apostó Perera por Procesado-70, su segundo, un toro al que hizo mejor de lo que parecía en esos inicios. Le esperó quieto como un faro en los pases cambiados por la espalda del comienzo de faena para luego instrumentarle tres series por el lado derecho de una lentitud pasmosa, llevando muy toreado al de Jandilla, embebido, imantado, pulseándolo sin que se notara casi, acariciándolo. Como tenía buen fondo, respondió el astado con clase y con ese mismo temple que le proponía Miguel Ángel propiciando un conjunto redondo, compacto, de mucho regusto que no terminó de llegar de igual manera al tendido. La merienda, quizá... Lo cierto es que Perera lo toreó a placer, aplicando ese concepto cada vez más latente en su concepto que tiene que ver con los riñones hundidos, el brazo viajando terso y todo el toreo contenido en las yemas de los dedos. Se durmió algo más el toro cuando quiso el torero disfrutarlo por igual al natural y ya no se despertó, aunque el torero de Badajoz se desmayó para saborearlo en naturales que fueron una belleza. Puros monumentos. El pinchazo previo a la muerte del toro le privó tal vez de la oreja merecida. Pero queda la satisfacción del artista, su sentirse lleno después de demostrar que hay Perera más allá del Perera conocido.
Plaza de Toros de PAMPLONA. Lleno en los tendidos. Se lidian toros de JANDILLA y VEGAHERMOSA
Miguel Ángel Perera: silencio y ovación tras petición
Cayetano: oreja con petición y oreja
Roca Rey: oreja y cogido en el sexto