Perera desplegó todo un abanico de las más variadas suertes con el capote, con el común denominador siempre de un gran compromiso y firmeza de planta en todo cuanto realizó, dominando siempre la situación. Toreó con gran seguridad, mando y temple al animal que abrió plaza, lo que le valió un trofeo tras pasaportarlo de media desprendida.
A su segundo le saludó de rodillas con tres faroles, cuajando después con la muleta otra gran actuación que no se vio recompensada ya que pinchó antes de recetar una entera caída. El quinto fue un toro soñado, noble, con temple y clase, al que Perera cuajó a placer. Sin embargo, otra vez la espada le jugó una mala pasada.
Manizales (Colombia). Martes 5 de Enero. 2ª de Feria. Más de media entrada.
Toros de Fuentelapeña, el segundo de ellos como sobrero al partirse un pitón el que debia ser segundo, bien presentados y de buen juego, el segundo-bis fue premiado con la vuelta al ruedo.
- Miguel Angel Perera, oreja, palmas y saludos tras dos avisos
- Luis Bolivar, dos orejas, palmas y silencio
Perera desplegó todo un abanico de las más variadas suertes con el capote, con el común denominador siempre de un gran compromiso y firmeza de planta en todo cuanto realizó, dominando siempre la situación. Toreó con gran seguridad, mando y temple al animal que abrió plaza, lo que le valió un trofeo tras pasaportarlo de media desprendida.
A su segundo le saludó de rodillas con tres faroles, cuajando después con la muleta otra gran actuación que no se vio recompensada ya que pinchó antes de recetar una entera caída. El quinto fue un toro soñado, noble, con temple y clase, al que Perera cuajó a placer. Sin embargo, otra vez la espada le jugó una mala pasada.
Manizales (Colombia). Martes 5 de Enero. 2ª de Feria. Más de media entrada.
Toros de Fuentelapeña, el segundo de ellos como sobrero al partirse un pitón el que debia ser segundo, bien presentados y de buen juego, el segundo-bis fue premiado con la vuelta al ruedo.
- Miguel Angel Perera, oreja, palmas y saludos tras dos avisos
- Luis Bolivar, dos orejas, palmas y silencio